La palabra “Halloween” es una
contracción de la expresión inglesa “All Hallow’s Eve”. Literalmente,
significa “Víspera de Todos los Santos”. Aparentemente, pues, esta celebración
macabra y humorística anglosajona estaría vinculada a una fiesta solemne y
considerada como de estricta observancia por la Iglesia Católica: el Primero de
Noviembre, festividad de Todos los Santos. Pero esto no es del todo cierto.
Cuando el Cristianismo llega a los pueblos
célticos, la tradición del Samhain no desaparece, pese a los esfuerzos realizados
por la Iglesia Católica para eliminar supersticiones paganas que pudieran
entroncar con el satanismo o culto al diablo. Sin embargo la fiesta del Samhain
sufre alguna transformación. En el calendario gregoriano, el 1 de noviembre
pasó a ser el día de Todos los Santos; el Samhain, la víspera de Todos
los Santos, pasó a denominarse All-hallows Eve y, actualmente, por contracción
de la expresión, Halloween; y por su parte, el Día de los Todos los Difuntos o
Día de Todas las Almas pasó a ser el 2 de noviembre. Las tres celebraciones
juntas, “Eve of All Saints”, “Day of All Saints”, and “Day of All Souls”, se
denominan en la tradición irlandesa Hallowmas.
A mediados
del siglo XVIII, los emigrantes irlandeses empiezan a llegar a América. Con
ellos llegan su cultura, su folclore, sus tradiciones, su Halloween... En un
primer momento Halloween sufre una fuerte represión por parte de las
autoridades de Nueva Inglaterra, de arraigada tradición luterana. Pero a
finales del siglo XIX, los Estados Unidos reciben una nueva oleada de
inmigrantes de origen céltico. La fiesta de Halloween, en América, se mezcla
con otras creencias indias y en la secuela colonial, el Halloween incluye entre sus tradicionales el contar historias de
fantasmas (telling of ghost stories) y la realización de travesuras
(mischief-making), bromas (fortunes) o los bailes tradicionales. La gente
comienza a confeccionar disfraces (disguises) o trajes para Halloween (Halloween costumes).
Así, en Estados Unidos, Halloween, evoluciona y se desentiende de la tradición
cristiana. Halloween se convierte en una noche con aura de débil misterio,
brujas, fantasmas, duendes, espíritus, pero sin que se pierda el ánimo festivo
y el buen humor. Una noche de dulces, bromas, disfraces y películas de terror,
perdidos ya los miedos atávicos de los viejos ancestros irlandeses.

Fue muy divertido me lo pase muy bien.
ResponderEliminarFue muy divertido me lo pase muy bien.
ResponderEliminaryes era very very divertido
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